Unidad en la Diversidad


A mí me gusta pensar que nada de lo que me pasa es casual. Toda situación, todo momento, pasa con un propósito, por más que sea algo tan efímero como no llegar a tiempo a un semáforo y se corte en el momento que ibas a pasar, perder el colectivo justo cuando estabas llegando a la parada (y correrlo y que siga de largo) o estar caminando por la calle y te cague una paloma (mmm bueno eso… podríamos dejarlo como cuestión aparte(?). En fin, cada acto por más que uno a veces los tilde como “mala suerte”, un error imprevisto o una falla de la matrix, no sucede porque sí.

He estado pensando mucho en estos días en algo que me pasó hace poco. Yo suelo ir mucho a la Facultad de Agronomía porque es parte del camino que hago para ir al trabajo. A la tarde antes de partir a mi casa, suelo quedarme acostada sobre un árbol observando la naturaleza. Soy una aficionada de las fotos y de tener recuerdos impresos, además la vista es bellísima y es digna de fotografiar. La última vez que estuve, antes que sucediera todo esto de la cuarentena, me animé (sí, desde chica no lo hacía) y me subí a un árbol. Allí quedé un buen rato contemplando la nueva perspectiva y conociendo a nuevos bichitos en las alturas. Desde allí podía ver bien el atardecer entre los árboles y empecé con las fotitos nuevamente.
Ya hace un par de meses que se me volvió un hobby sacarle fotos al Sol entre los árboles. El efecto que se produce con la Luz es algo maravilloso.
La cuestión es que ese día, mientras sacaba fotos no me percaté de un fenómeno que sucedió hasta que llegué a casa porque yo a simple vista no lo había visto, ni siquiera desde la cámara.
Normalmente las fotos salen así:



El Sol no se muestra tan redondo sino bastante deformado, pero obviamente eso es por el efecto de la cámara. Ahora bien, esta es la foto “normal”, la siguiente es la que me sorprendió:


  Tuve una sensación extraña al verla, pero no me quise hacer tanto el bocho. Puede ser un error de la cámara, efecto del movimiento, o puede que haya sido otra cosa, no lo sé. Llegué a la conclusión de que no importa lo que sea, si es o no es, si es sólo un defecto de la cámara o no lo es. No llego a nada de eso y en caso de que fuera real, ¿qué probaría? ¿De qué me sirve eso? Sigue siendo una imagen.
Así que opté por ir hacia otro enfoque. Dado que nada es casual por más defectuosa que sea la foto, allí se ven claramente tres círculos, esferas unidas y brillantes, ¿qué significa eso? El número tres… la Trinidad… un Trisquel… un triángulo. Todo me cerraba y a la vez no.

A los pocos días, leyendo un libro se me da por ver la contratapa del lado de adentro y me encuentro con este símbolo:


¡La Bandera de la Paz!

Sabía lo que era, pero nunca me había puesto a leer en profundidad. Empecé a buscar y… todo me cerró. A continuación copio datos a tener en cuenta que obtuve de la página oficial de la Bandera de la Paz:
  • La bandera de la Paz es un Símbolo Universal que significa UNIDAD EN LA DIVERSIDAD, creada por Nicholas Roerich (1874-1947).
  • Miembros de la Nasa en Estados Unidos, públicamente ante los medios masivos de comunicación, señalan al Símbolo de la Bandera de la Paz como la forma en la que comienza una Galaxia, diciendo: Una galaxia se inicia con tres explosiones simultáneas dentro de un campo gravitatorio.
  • En la India es conocido como el “Chintamani” o símbolo de la felicidad, pues solo cuando se logra la Paz interior es cuando podemos ser verdaderamente felices.
  • Para la Cultura Maya en América, el símbolo de la Bandera que aparece en Yaxchilan, significa “Incan-Inkaten-Uchagen” que significa: “Quiero, puedo y soy pacífico”.
  • Para la religión budista es un símbolo muy respetado, pues es la representación del Padre, Madre e hijo.
  • Para los tibetanos, el Símbolo de las tres esferas, rodeadas por un círculo, representa el disolvedor de la oscuridad, pues donde hay luz, no puede haber oscuridad.
  • En la Iglesia Católica, se emplea con el profundo significado de la Trinidad y un solo Dios verdadero: Padre, Hijo y Espíritu Santo.
  • La medicina tradicional China explica que las tres esferas del diseño escogido por Nicholas Roerich para Bandera de la Paz se encuentra en el campo electro-magnético o aura de los hombres. Conforme su ser comienza a evolucionar espiritualmente y logra elevar su frecuencia vibratoria, estas tres esferas magnéticas se unen en la “corona” de su cabeza, por encima de lo que ellos llaman meridiano número 24 y así se conforma el Símbolo de la Bandera. Al tomar conciencia de ello y armonizar sus pensamientos, palabras y acciones, el hombre se integra entonándose con la frecuencia dentro del círculo. Esta vibración elevada está en resonancia con aquellos seres que están capacitados para contribuir con sus acciones a la Paz del Planeta, respetando así la armonía del universo.
    Solamente aquellos que logren sintonizar con la frecuencia vibratoria dentro del círculo, podrán contactar con las mentes elevadas de la Gran Jerarquía, logrando que el logo sea, efectivamente, el símbolo de la armonía entre el cielo y la tierra, el Cosmos Prístino y el número 9 o el espíritu divino que abrace a la Humanidad para darle Paz, Armonía y Felicidad.

La Ley del Triángulo: la Ley Cósmica
Para lograr la Paz con nosotros y en colectividad, es necesario trabajar en armonía con esta Ley. Cada uno de nosotros debe trabajar día a día, viviendo dentro de las tres esferas:
1. La esfera del Pensamiento: prestar atención a ellos. Si somos conscientes de ellos pondremos más cuidado en nuestra creación mental. Analicemos la calidad positiva o negativa de nuestros pensamientos e identifiquemos qué pensamientos nos hacen culpables de guerra.
2. La esfera de la Palabra: observemos que al hablar estamos muy inclinados a la negatividad. Malgastamos nuestro tiempo en críticas. El Maestro Jesús decía “No le hace daño al hombre lo que entra por la boca, sino lo que sale de ella”. Debemos retirar de nuestro léxico las frases “no puedo, no lo merezco o soy incapaz”. Pensemos con humildad.
3. La esfera de la Acción: esfera que aparece en el vértice superior del Logos de la Bandera de la Paz. Está representada por nuestras acciones. ¿Son estas congruentes con nuestros pensamientos y nuestras palabras? ¿O pensamos una cosa, decimos otra muy diferente y actuamos en total desarmonía con nosotros mismos, convirtiéndonos en seres desintegrados?


En estos tiempos donde el Caos y el Miedo quiere imponerse debido a la propagación del Coronavirus en todo el mundo, es importantísimo lograr estar dentro de estas tres esferas. Es de gran valor ser conscientes de uno mismo, de sus pensamientos, de sus palabras y acciones para poder mantenernos en armonía y calma, por más duro y oscuro que se presente nuestro panorama. No bajemos nuestra frecuencia, es el momento de conectarnos entre todos y lograr un cambio significativo en la Humanidad.
Ya nada será igual. Y si no será “igual”, hagamos que sea aún mejor. Tomemos consciencia y brindemos por la Paz en todo el mundo

Hasta aquí pude comprender a qué iba todo. Repetiré esto mil veces, las casualidades no existen. Tres días antes de que se declare la cuarentena total, me apareció ese símbolo. El mensaje está claro para mí, y quiero compartirlo con el resto. Deseo de corazón que este mensaje también lo reciban más personas y les sirva al menos en modo informativo.
Gracias por leer.
Y Gracias a quienes caminan a mi lado brindándome oportunidades para que pueda seguir aprendiendo y creciendo.

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