El Mensaje de la Crucifixión

¡Celebremos la crucifixión cómo última gran lección para la Filiación!

¿Qué es lo que ves cuando en tu mente pensás en Jesús crucificado?
Esa elección determina dos mentalidades. Una, la mentalidad del ego, que sólo puede ver miedo y culpa, y otra, la mentalidad del Espíritu Santo, que sólo ve lo que Es. Mientras una ve sacrificio y aparente expiación de pecados, la otra únicamente ve una gran lección de Amor y liberación del miedo.   

CRUCIFIXIÓN significa, en el marco de las definiciones del mundo, ‘acción y efecto de crucificar’, que quiere decir, clavar una cruz a alguien; causar un sufrimiento físico o moral o bien criticar con dureza a alguien o a algo.
Muchas veces nos hemos sentido crucificados por alguien o nosotros mismos hemos crucificado a otros por diferentes motivos, aunque de una u otra forma, negamos que esto suceda y buscamos siempre al chivo expiatorio de nuestras propias ideas y emociones proyectando todo eso hacia fuera. Las proyecciones nos hacen estar en guardia por posibles ataques mentales y físicos que el otro nos puede hacer y nos pone en una secuencia de ser perseguidos por las injurias que nos pueden ocasionar. Vivimos escapando por miedo al ataque o, en caso contrario, enfrentando con ira al otro porque nos hemos sentido atacados.  
En esto radica la mentalidad del ego. Y si miras con la mentalidad del ego, sólo verás la crucifixión de J como símbolo (proyectado) del conflicto entre el ego y el Hijo de Dios, como así se ha visto siempre.

Pero nada de eso es real.

(Con calma. Cierra los ojos y mira más allá de lo que crees que es.
Esta es una invitación a la contemplación sin juicios, a ver más allá de lo impuesto, lo aprendido. Esta es una invitación a la reflexión desde el corazón, y una mirada directa a nuestro reflejo.)

El verdadero significado de la crucifixión radica en la aparente intensidad de la agresión cometida por algunos de los Hijos de Dios contra otro (UCDM, T-6. I. 3:4). Es aparente porque no es real. En realidad, Jesús no le otorgó valor ni verdad al dolor y al ataque porque sabía que nada que el ego proyecta es real. Esa es la gran lección. En UCDM* Jesús dice:

“Elegí, por tu bien y por el mío, demostrar que el ataque más atroz a juicio del ego, es irrelevante. Tal como el mundo juzga estas cosas, mas no como Dios sabe que son, fui traicionado, abandonado, golpeado, atormentado y, finalmente, asesinado. Está claro que ello se debió únicamente a las proyecciones de otros sobre mí, ya que yo no le había hecho daño a nadie y había curado a muchos.” (T-6. I. 9)

Lo que la gran mayoría vio en su momento y se transmitió a lo largo de los siglos, fue la supuesta ‘ira de Dios’, así poniéndonos en separación con la Fuente, creyendo que Dios estaba enojado con sus hijos y por lo tanto venía a castigarnos por nuestros actos impuros. Nada más lejos que la Verdad. Esta justificación injustificable no es más que un pretexto para negar la ira que, en realidad, está dentro de la mentalidad del ego a la cual seguimos. Todo lo que vimos no fue más que la propia ira, resentimiento y culpa inconsciente proyectadas hacia una persona, siendo aparentemente “purificadas” a través de él, en nosotros mismos. Los Apóstoles no pudieron hablar de la crucifixión enteramente sin ira porque sus propios sentimientos de culpabilidad habían hecho que se sintieran indignados, y de acuerdo a sus creencias, enseñaron eso al mundo. 

Nada tiene que ver Dios con esto.

De lo contrario, el verdadero e inequívoco mensaje de esta gran lección es: ENSEÑA SOLAMENTE AMOR, PUES ESO ES LO QUE ERES (UCDM). Si reaccionas como si te estuvieran persiguiendo, estarás enseñando persecución; si reaccionas como si te estuvieran hiriendo, estarás enseñando dolor. Si reaccionas con ira, estarás enseñando ataque e indignación.   “Enseña más bien tu perfecta inmunidad, que es la verdad acerca de ti, y date cuenta de que no puede ser atacada”.  (T-6. I. 6:4).
 Esta es la gran invitación que se nos hace para nuestra propia resurrección. Poco importa el cuerpo, más bien el resurgir de nuestra mentalidad santa y reinterpretación del mundo siguiendo el modelo de amor que nos enseñó el Maestro.
La resurrección es el símbolo del Amor de Dios prevaleciendo ante la supuesta mentalidad del ego, y significa la liberación de las supuestas percepciones de un mundo de miedo que está ante el acecho de la furia de Dios.

El Amor prevalece ante el miedo, no importa cuán fuerte e intenso puede resultar el dolor de este mundo, nada de esto es real. La única realidad es nuestra unidad junto a nuestros hermanos con Dios.

¡Felices Pascuas! ¡Feliz resurrección de la mentalidad Santa!

*Un Curso de Milagros -

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